Salimos de Sesheke el domingo por la manyana con la idea de hacer una etapa larga pero entretenida con el rio a nuestro lado. Lo cruzamos por un enorme puente construido por Zambia, Namibia y Alemania. El rio era espectacular, grande, bravo en algunas zonas y formando espuma, manso en otras, formando pequenyas islas y viajando camino de victoria Falls. Nada mas cruzar el puente esta la frontera con Namibia, pero nosotros viajabamos hacia el norte. A pocos metros, horror!!!!! una senayal de 40km de obras. El camino se volvio intransitabla, a veces por la carretera en obras y a veces por el camino provisional. Estabamos muy cansados de dar tantos botes por las piedras, la tierra y las ondaluciones del terreno.
En el camino a Sioma(que era nuestro objetivo), preguntamos a la gente por la distancia a dicha localidad y nadie se ponia de acuerdo, unos decian 50 otros 80, en fin, que nos quedaba tela. Despues de aquellos 40 kilometros de obras, dejo de habr obras....pero es que no habia ni obras ni carretera...mierda!!!!!. Ahora el terreno empezaba a tener enormes bancos de arena y tuvimos que empujar la bici con todo el peso de las alforjas.
A lo largo del duro camino, el rio Zambezi se asomaba de vez en cuando y se le oia decir...no querias verme??? pues aqui estoy???, pero no estoy solo, me acompanyan pesacadores, agricultores y muchas humildes familias.
Descubrimos las zonas por donde no pasa nadie y menos los Mukoa(asi nos llaman aqui a los blancos). Sus casa con cercados canyas y sus techos de paja, algunas con revestimento de barro y formado bigas de palos, toda una obra de artesania. Aquellos pobladores eran muy respetuosos con nosotros y nos saludaban sorprendidos. En muchas ocasiones vimos que los ninyos tenian miedo y aceleraban el paso, otras ves tomaban la diogonal y se escapaban por cualquier parte. Nosotros les saludabamos y parece que ellos se sentian mas felices, eso solo nos paso con unos pocos, el resto eran mas atrevidos. Los poblados estaban muy limpios y es que esta gente tiene una cultura de la escoba increible.
Aquella aventura era dura, divertida, enriquecedora, pero no teniamos agua y en esos poblados no se vende nada.
Aquel camino nunca acababa y nuestros brazos, antebrazos, trices y munyecas estaban muy doloridos.
No podiamos imaginar lo que veian nuestros ojos...un tornado!!!! Delante de nuestras narices se empezaron a formar remolinos, se nota la presencia por el sonido cada vez mas fuerte que arrastra en su camino. Nos pillo al lado de un poblado y vimos como los tejados salian volando. Las mamas rapidamente salian a buscar a sus ninyos y los metian dentro de sus casas de barro. No dabamos credito a aquel espectaculo de viento y a nuestros pies.
LLegamos a un poblado y encotramos y puestecillo, alli pudimos tomar unas bebidas de melocoton calientes que sabian a rayos, pero lo que habia y habia que hidratarse como fuera. Alli conocimos a varias personas, entre ellas a un chaval que tuvo la santa paciencia de ensenyarme a pronunciar bien iglesia en ingles "church". Este chico nos dijo que el camino terminaba a 20km y que despues ya era asfalto hasta Sioma.
Completamos esos 20km como pudimos. Charo y yo nos vamos dando animos el uno al otro y bormeamos para pasar los duros momentos.
Se acabo el camino y llego una carretera asfaltada, pero a medias, toda llena de gravilla, muy incomoda, pero al fin y al cabo suelo semiuniforme.
Empezo a caer el sol, especatucalar, el sol rojo de africa...perdidos en el otro hemisferio y viendo como el sol nos mostraba su mejor puesta.
Descubrimos elefantes por la zona, y metimos plato grande, no queriamos quedarnos alli para que se diviertieran un rato con nosotros.
Llego la noche y encendimos el frontal y la luz trasera, aunque la luz trasera no servia para nada, por alli no pasa nadie, solo elfantes y nosotros.
A 5km de Sioma encontramos una tienda y nos tomamos dos castle de litro, quizas la mejor cerveza fria de todo africa.
Llegamos muy cansado, pero Goyo nos estaba esperando con un riquisimo arroz, una ensalada de tomate y cebolla y una carne de a saber de quien era, pero que no la comimos tan ricamente.
Manyana mas....
En el camino a Sioma(que era nuestro objetivo), preguntamos a la gente por la distancia a dicha localidad y nadie se ponia de acuerdo, unos decian 50 otros 80, en fin, que nos quedaba tela. Despues de aquellos 40 kilometros de obras, dejo de habr obras....pero es que no habia ni obras ni carretera...mierda!!!!!. Ahora el terreno empezaba a tener enormes bancos de arena y tuvimos que empujar la bici con todo el peso de las alforjas.
A lo largo del duro camino, el rio Zambezi se asomaba de vez en cuando y se le oia decir...no querias verme??? pues aqui estoy???, pero no estoy solo, me acompanyan pesacadores, agricultores y muchas humildes familias.
Descubrimos las zonas por donde no pasa nadie y menos los Mukoa(asi nos llaman aqui a los blancos). Sus casa con cercados canyas y sus techos de paja, algunas con revestimento de barro y formado bigas de palos, toda una obra de artesania. Aquellos pobladores eran muy respetuosos con nosotros y nos saludaban sorprendidos. En muchas ocasiones vimos que los ninyos tenian miedo y aceleraban el paso, otras ves tomaban la diogonal y se escapaban por cualquier parte. Nosotros les saludabamos y parece que ellos se sentian mas felices, eso solo nos paso con unos pocos, el resto eran mas atrevidos. Los poblados estaban muy limpios y es que esta gente tiene una cultura de la escoba increible.
Aquella aventura era dura, divertida, enriquecedora, pero no teniamos agua y en esos poblados no se vende nada.
Aquel camino nunca acababa y nuestros brazos, antebrazos, trices y munyecas estaban muy doloridos.
No podiamos imaginar lo que veian nuestros ojos...un tornado!!!! Delante de nuestras narices se empezaron a formar remolinos, se nota la presencia por el sonido cada vez mas fuerte que arrastra en su camino. Nos pillo al lado de un poblado y vimos como los tejados salian volando. Las mamas rapidamente salian a buscar a sus ninyos y los metian dentro de sus casas de barro. No dabamos credito a aquel espectaculo de viento y a nuestros pies.
LLegamos a un poblado y encotramos y puestecillo, alli pudimos tomar unas bebidas de melocoton calientes que sabian a rayos, pero lo que habia y habia que hidratarse como fuera. Alli conocimos a varias personas, entre ellas a un chaval que tuvo la santa paciencia de ensenyarme a pronunciar bien iglesia en ingles "church". Este chico nos dijo que el camino terminaba a 20km y que despues ya era asfalto hasta Sioma.
Completamos esos 20km como pudimos. Charo y yo nos vamos dando animos el uno al otro y bormeamos para pasar los duros momentos.
Se acabo el camino y llego una carretera asfaltada, pero a medias, toda llena de gravilla, muy incomoda, pero al fin y al cabo suelo semiuniforme.
Empezo a caer el sol, especatucalar, el sol rojo de africa...perdidos en el otro hemisferio y viendo como el sol nos mostraba su mejor puesta.
Descubrimos elefantes por la zona, y metimos plato grande, no queriamos quedarnos alli para que se diviertieran un rato con nosotros.
Llego la noche y encendimos el frontal y la luz trasera, aunque la luz trasera no servia para nada, por alli no pasa nadie, solo elfantes y nosotros.
A 5km de Sioma encontramos una tienda y nos tomamos dos castle de litro, quizas la mejor cerveza fria de todo africa.
Llegamos muy cansado, pero Goyo nos estaba esperando con un riquisimo arroz, una ensalada de tomate y cebolla y una carne de a saber de quien era, pero que no la comimos tan ricamente.
Manyana mas....